El docente de nuestra institución debe:
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Ser una persona equilibrada, de formación integral, justa y racional, que reconozca los cambios biosíquicos en el desarrollo humano y que practique los valores humanos, para comprender, saber enfrentar y orientar los comportamientos temerarios, inadecuados o inmaduros de los estudiantes.
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Autoestimarse y estimar su profesión para ejecutar responsablemente y con acierto la función social que le corresponde desarrollar con los estudiantes.
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Tener la preparación adecuada que demande el momento social y científico-cultural para poder proyectar en sus alumnos un futuro exitoso en el desarrollo personal, comunitario, laboral y profesional.
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Ser ejemplo para educar a través de sus actitudes y poder solicitar la práctica de los valores humanos a sus alumnos.
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Ser abierto al cambio y asimilar las innovaciones; ser crítico y aceptar las criticas; mostrar a los alumnos las diferentes concepciones e ideologías sobre el mundo físico, social y moral y propiciar la educación para las prácticas democráticas.
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Ser respetuoso con la autoridad legítima, las normas y valores que están acordes con la Constitución Nacional y ser, así mismo, un veedor crítico del cumplimiento por parte de las autoridades.
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Estar actualizado rigurosa y permanentemente en el conocimiento epistemológico, científico y pedagógico de su disciplina.